Aquí en las profundas cloacas del refugio que me veo obligada a ocupar como miembro de la Resistencia, en espera del apocalipsis zombi que se avecina (según afirman algunos), un perturbador hecho me ha empujado a reanudar mi Diario de Guerra y escribir estas líneas. Vengo de constatar que los cerebros de algunos disidentes han dejado de funcionar correctamente y ya ni pueden discernir lo real de lo irreal. Temo que se nos haya infiltrado algún vacunado en el grupo y esté propagando indiscriminadamente el virus de la estupidez humana ilimitada. Eso no puede ser. La Resistencia está en grave peligro. Piensan que las patatas sienten, tócate los huevos… No solo las patatas, sino cualquier otro ejemplar perteneciente al Reino Vegetal, si seguimos las categorías establecidas por esa pseudociencia que llaman biología. Afirman que viven y mueren, lo cual es verdad, pero añaden, sin sonrojarse, que además aprecian su vida tanto como lo haría un corderillo. Creen que las manzanas se aterrorizan cuando las coges del árbol para hacer compota. El manzano se indigna cada vez que le robas las manzanas, destinadas a sus crías, los manzanitos. Por tanto, creen que los veganos debemos dejar de matar a esos «individuos» vegetales… ellos no, claro, porque ellos van a seguir matando animales y vegetales sin distinción. Les gusta mantener las tradiciones, por muy primitivas que sean, y los demás tenemos que respetar sus deseos. No sé, estoy un poco confundida. Yo siempre pensé que eran los animales no humanos los que estaban dotados de consciencia y por tanto de la capacidad de sentir, de saber que estás vivo, apreciar tu libertad y preservar tu vida el mayor tiempo posible. Las vacas lecheras se pasan días mugiendo de pena cada vez que les roban su cría, a la que iban a amamantar después de gestarla durante nueve meses. ¿Por qué un aguacatero no tiene el mismo comportamiento cuando coges sus aguacatillos? Me da que estos disidentes me están tomando el pelo, pero puedo estar equivocada. Tal vez estos disidentes han evolucionado y tienen una sensibilidad de la que yo carezco, a pesar de ser vegana y llevar años sin participar de la explotación animal. Como buena científica que soy, he determinado tres posibles hipótesis que den respuesta a mi duda existencial, si bien me doy cuenta de que una combinación de dos o más de ellas también es posible:
Para llegar a la respuesta correcta debería consultar con un experto (de los de verdad, no los que salen en la tele, por supuesto). Por suerte encuentro uno disponible y establezco comunicación con él por videoconferencia. —¿Frankie? ¿Estás ahí? —¿Hola? Espera que termino de ponerme la mascarilla. La variante Delta-Ómicron-Eresbobo se puede transmitir a través de la fibra óptica y hemos de ser prudentes. —Soy una vegana activista y me ha surgido una duda. —Sí, sé quién eres, tienes un blog estupendo, Vet y Vegan, me alegra que cada vez haya más veterinarias veganas. —Sí, una pena que la mayoría de los veterinarios y una gran proporción de veganos sean covidianos. —No lo dirás por mí, yo solo soy un ciudadano responsable que cuida de la salud de todos. —Claro que lo digo por ti y tus publicaciones ridículas sobre un virus que jamás ha sido aislado de ninguna persona enferma, pero qué le vamos a hacer, no se puede ser bueno en todo… Mi duda es la siguiente: ¿El cerebro de las personas que afirman que no son veganos porque las plantas sienten funciona bien? ¿O podrían estar siendo víctimas del virus de la estupidez ilimitada como sin duda es tu caso? —Yo me hice un test PCR y di positivo, aunque no tenía síntomas, así que tienes razón en que ese virus que mencionas pudiera estar corriendo por mi sangre. Pero un momento… sí que tenía síntomas. Me lavaba las manos con gel hidroalcohólico cada vez que entraba en una tienda, mantenía la distancia social de al menos seis pies (es que yo vivo en Estados Unidos) y llamo idiotas a esos negacionistas de mierda… Pero bueno, para responder a tu otra pregunta: que alguien diga tamaña estupidez como que las plantas sienten, como justificación para seguir explotando animales, solo puede ser causa de la disonancia cognitiva —se quedó pensativo—. Bueno, a no ser que la carga viral del virus de la estupidez ilimitada sea de niveles estratosféricos… Tus amigos no son inmunes a ningún virus, acabarán intubados en la UCI de cualquier hospital y encima tendremos que correr nosotros, los ciudadanos responsables, con los gastos. —Me temo que el precio de la estupidez humana ilimitada ya lo pagamos todos sin necesidad de que vaya nadie al hospital. —Ahí he de darte la razón. Por cierto, ¿sabes qué es la disonancia cognitiva? —Por favor, claro que lo sé, si soy una activista con dilatada experiencia, y esa es una de las primeras cosas que aprendí. Es lo mismo que te pasa a ti respecto a la plandemia, y como muchos otros veganos, incomprensiblemente, eres incapaz de reconocer la disonancia cognitiva cuando te sacan del veganismo. El adoctrinamiento ha destruido tantas de tus neuronas que ya no eres capaz de entender los razonamientos más básicos, como por ejemplo que un virus respiratorio no se transmite si no hay síntomas o que una mascarilla produce hipoxia e hipercapnia. Sí es verdad que no era consciente del extremo poder de la disonancia cognitiva… sospecho que incluso te retrotrae a la infancia, cuando aún te preguntabas qué diferencia había entre una zanahoria y un hámster. —Nah, un niño sabe perfectamente la diferencia entre una zanahoria y un hámster. Por eso se come la zanahoria y acurruca al hámster en el borde de su pijama, dándole cariño y calorcito. Un adulto no vegano como los que mencionas, disidente o no, haría algo distinto: se comería el hámster para no morir desproteinado y usaría la zanahoria para… no sé, para satisfacer sus otros placeres carnales a los que no pueden renunciar, supongo, pero eso lo dejo a tu imaginación. Lo de los placeres carnales son palabras textuales de uno de ellos, ¿eh? Por otra parte, si realmente creen que lo que pasa en un matadero es lo mismo que pasa en un huerto, ¿por qué no llevan tranquilamente a sus niños a ver cómo matan al cerdo con el que van a hacer su salchicha de la cena? ¿Por qué les ocultan la verdad? ¿Tal vez les parece demasiado violento, algo que un niño no debería presenciar? —Hmm… sospecho que manejan otra definición de violencia, igual que tergiversan todas las definiciones de las palabras que no les interesa escuchar, como «asesinato» o «explotación». Cuando las escribo se ponen tan nerviosos que ocurre como en la novela distópica 1984: sacan un cilindro de cartón, cambian el significado en el diccionario correspondiente, vuelven a enviar el cilindro de cartón y tratan de convencerme de que matar animales no es asesinato. Es que son tan sensibles que en su imaginación los animales mueren entre caricias y música clásica, pensando que dan sus vidas por ellos con total generosidad y sin sufrimiento alguno. Si no hay sufrimiento, la muerte no importa para ellos. La muerte nunca cuenta como maltrato para los no veganos, eso lo he comprobado miles de veces.
—Así es. Son felices si en el paquete de huevos pone que proceden de gallinas camperas o si hay un sello de bienestar animal. Eso les alivia su consciencia y así pueden seguir explotando animales y dormir por las noches. —La disonancia cognitiva es aún peor de lo que pensaba... —En efecto. Yo ya me daba cuenta de eso cuando hacía activismo entre los estudiantes universitarios, en los años 60. Muchos de ellos han muerto por Covid, por cierto. —¿Por Covid o con Covid? —Qué más da, si yo no analizo las estadísticas que dan en el telediario. Solo pienso para cosas relacionadas con el veganismo, es que filosofar cansa un rato. Es como lo que les pasa a los no veganos, en cuestiones de cansancio, me refiero. Según sus argumentos, si hay que respetar a alguien, hay que establecer un gradualismo moral y elegir a quién victimizamos hoy y a quién victimizamos mañana. Respetar a todos a la vez es una labor muy cansada… imposible de llevar a la práctica. Por eso los bienestaristas inventaron para ellos el lunes sin carne y la otra estupidez esa del Veganuary. Porque respetar a alguien los 365 días del año también cansa mucho. —También parece ser que cansa mucho tener que elegir en el supermercado entre la leche de vaca y la leche de avena. Quizá que se llamen igual les revienta las neuronas y son incapaces de discernir con cuál de ellas se evita explotar y asesinar a alguien. —Uff, si piensan que la avena muere y además con sufrimiento cuando la exprimes para hacer la leche, va a ser difícil que lleguen a diferenciarlas algún día… tal vez por eso la industria de explotación animal insiste en usar el término «bebidas vegetales», para ayudarles a la hora de comprar. Y ten en cuenta que el virus de la estupidez humana ilimitada tiene afinidad por las sinopsis neuronales, empieza ahí su replicación y poco a poco la masa gris del cerebro se hace igual de funcional que una coliflor. Si están infectados, ellos no son responsables de sus elecciones. —Si es que tenía que haber inventado ya el test BHS-V, para poder distinguir a los infectados de los que son estúpidos por naturaleza, pero la Resistencia empezó a dispersarse y al final no estamos a lo que estamos… Bueno, tengo que irme, que tengo que matar un poco de brócoli para la cena y eso me está produciendo un gran estrés psicológico. —¿Estás de broma? —No, estoy así desde que me aseguraron que las plantas sienten… Joder, que yo me hago todas las mañanas un batido de plátano y cacao, y al pobre plátano lo despellejo vivo, sin aturdimiento previo ni nada, lo meto ahí en la batidora, y lo trituro… lo trituro… con ensañamiento, hasta que no queda ni una sola partícula identificable... —Dios mío. No te preocupes, en cuanto acabes con tu investigación se te pasarán todos los remordimientos. Si ellos lo han conseguido sabiendo que los pollitos son triturados nada más nacer, así vivos y sin aturdimiento, como los plátanos, la avena o las patatas para el puré... seguro que tú también podrás superar lo tuyo. ¡Suerte! —¡Gracias! —Y no te juntes mucho conmigo que luego te llaman Frankista. —Sí, lo sé… Eso en España no está muy bien visto. —Además me acabarás transmitiendo el Sars-Cov-2 si estamos a menos de dos metros y serás la responsable de mi muerte, y yo sí que siento y padezco. ¡Apártate! Parte 2. ![]()
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