Hay veces, como hoy, que necesito ponerme en bucle la canción de la banda sonora de la película «El piano», titulada «The heart asks pleasure first». ¿Por qué? Porque eso me conecta a las fuertes emociones de otra mujer que vivió en una época no muy lejana en el tiempo. No es que lo haga por gusto, mi propia alma me lo pide cuando necesito hacerlo, y me lo hace saber de la forma apropiada, por ejemplo moviendo ciertas energías en mi interior después de mi sesión de yoga. Por la noche, ya durante mi tiempo de meditación habitual, supe el porqué. Por suerte aprendí ya hace años a comunicarme con mi alma de esta forma, y aprendí a no luchar, por la cuenta que me traía. En cada vida traemos varias misiones, y aunque podemos desviarnos del camino quinientas veces e incluso a veces salirnos de la vía y estrellarnos de la forma más dramática posible, nuestra alma siempre intentará recordarnos la razón principal por la que vinimos aquí y lo que debemos hacer ineludiblemente antes de volver al hogar. Hoy sé que ciertas cosas van a pasar sí o sí porque es lo que vine a hacer, y es imposible cerrar un ciclo de miles de años sin dejar todos los asuntos perfectamente resueltos. Es como el gran libro de contabilidad de nuestra vida espiritual, aunque la verdad es que yo preferiría que fuera más bien un diario de a bordo en el que no siempre lo que escribes se corresponde a la realidad. Pero a nuestro espíritu no le valen las mentiras ni los disimulos, y sabe muy bien lo que hemos hecho o dejado de hacer en nuestro pasado, y las consecuencias junto a variadas emociones nos perseguirán por toda la eternidad hasta que no arreglemos de forma conveniente eso que hicimos. (Y si alguien está pensando en el karma ahora, que se olvide de esa palabra ahora mismo porque en mi opinión debería eliminarse de los diccionarios). En mis viajes mentales a las partes más oscuras de mi pasado he tenido que visitar varias mazmorras y revivir hechos que ni en libros forenses aparecen tan detallados. A veces es tremendamente difícil hablar contigo mismo en otros tiempos. Ya pasa en el presente así que es fácil imaginarse cómo es cuando tu yo pasado es de otro sexo, hablaba en otro idioma, tenía otras costumbres y cree que ya murió, que ya tuvo lo que se merecía y todo acabó con la muerte. Enfrentarse a la sombra, sí… qué bonito queda escrito en esos memes que pululan en páginas espirituales y qué pocos lo habrán hecho realmente y entenderán mis palabras. Trece años de experiencia y un renacimiento de por medio y aún quedan pequeños detalles que aclarar, patrones mentales que destruir, tomar de la mano a ese otro yo que fui y mostrarle que la luz existe también para él, que también él fue perdonado aunque sus acciones fueran consideradas imperdonables por la mayoría, y que por tus ovarios lo vas a sacar del agujero en el que cayó y del que se resiste a salir. Aquí, o renacemos todos o no renace nadie. Esta mañana escuchaba de nuevo a mi maestro Shi Heng Yi hablar sobre la soledad. Podemos tener muchas cosas en común y sentirnos conectados a otros seres que están con nosotros en nuestro mismo barco, pero cuanto más alto quieras llegar, más solo estarás, porque los demás empiezan a pensar que eso está demasiado alto o es demasiado difícil, pero tú sigues adelante con disciplina, coraje y tesón, porque ya sabes lo que quieres, eres imperturbable y has sentido los efectos positivos de lo que estás haciendo en cada una de tus células. De manera similar, yo hace tiempo supe que en la vida los momentos más importantes se viven a solas, simplemente no se pueden compartir ni van a ser comprendidos por nadie más que por ti mismo. Quizá por eso estamos aquí, porque no es cuestión de que nos lo cuenten, sino de vivirlo en nuestra propia piel. Y estar solo en esos momentos no es para nada algo triste, sino la magia misma de estar vivo y experimentar la vida y la muerte tal y como son. La mayoría de la gente vive sin saber realmente el privilegio que se les ha dado y la maravillosa herramienta que es su propio cuerpo, al cual maltratan casi desde el nacimiento, desconociendo su propia naturaleza y su potencial. Yo estoy en uno de esos momentos trascendentales de mi vida, y aunque me esforzara por explicárselo a alguien más, probablemente jamás lo entendería. Hace escasos días alguien me preguntaba por una marca de nacimiento de la que se suele acordar en circunstancias muy concretas. Ella misma sospechaba la causa. No le costó apenas obtener recuerdos que la llevaron a otro tiempo, en principio no relacionados con la marca de nacimiento. Aún me cuesta comprender cómo este tipo de vivencias son una excepción y no la norma, cómo podemos estar tan desconectados de lo que somos en realidad, al tiempo que nuevos signos de plandemia 2.0 se atisban en el horizonte. El caso es que cada día está más claro cuáles son las dos opciones que se nos presentan ante nosotros: reconocer y abrazar nuestra naturaleza espiritual, o seguir actuando como robots de carne humana sirvientes del mal. Yo lo tengo claro: como buen Ángel de la Muerte, sigo abrazando y recogiendo almas perdidas que quieran volver a la luz, y eso incluye a algunos rezagados de mi propio pasado. No en vano el amor empieza por amarnos a nosotros mismos. Y aunque hay momentos de cuesta arriba, recupero las fuerzas pensando por quién hago lo que hago: esa mujer que no tuvo las mismas oportunidades que tengo yo hoy día y que no supo salir del agujero en el que ella misma se había metido (esto es por ti, esto es por ti, por ti... y también los demás). Ojalá todo el mundo pudiera ver las cosas desde esa perspectiva mucho más elevada que te da el conocer tus vidas pasadas y tener la certeza de que esto es solo un pequeño capítulo dentro de un gran magnífico libro que cuesta dejar de leer. La verdadera vida es un ciclo. Todos somos uno. Todos estamos conectados. Y eso incluye a todos aquellos humanos que fuimos en otras vidas. Como siempre digo, todos siguen viviendo en mí. Mientras estaba en Savasana sonaba una canción del grupo IQ que he escuchado pocas veces, de la que desconocía las letras. Tal vez no fue casualidad. CLOSER What began as hope Became the fate of many nations Founded on a lie Believed by everyone Slandered and betrayed A character assassination Watch the guilty fade Now the work is done Ghosts of early days Gather round the late arrivals All parade upon The earth to which they're bound Silent in their course They steal across the icy stations Words are useless now They fall upon the ground One and the same Parallels remain In air as in the flame I can see everything get closer everyday Hold on When I'm dead and gone from you Remember me as light breaking through Stay strong Any time you feel you're lost I will carry you back across Call out Send the word from there to here Promise you I'm always near Know now Nothing anyone can say Will keep me from you anyway And in the end When other days have passed you by If beauty has a name Waiting beneath the ruby sky One and the same Wanting to keep the pain away In errors made again I can see everything get closer every day Kiksúye.
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