Mi cuarta portada de un libro que me guste, sin poder explicar ni aclarar nada sobre él (sí, claro, eso es lo que creíais vosotros) ha resultado ser Drácula, la novela original de Bram Stoker, aunque estuvo compitiendo un tiempo con El camino de Miguel Delibes. Casi no me acordaba del argumento de este último, que una tiene cierta edad y memoria frágil para algunas cosas, así que básicamente por eso acabé eligiendo Drácula… aunque también es porque Drácula tuvo un papel bastante importante en mi aprendizaje del inglés. Ya en el instituto mi profesor de inglés se sorprendía que mi nivel de inglés fuera tan bueno comparado con el de mis compañeros, a pesar de que oficialmente yo empecé estudiando inglés en el mismo curso, 6º de EGB, y jamás fui a ningún profesor particular. La razón de que se me diera tan bien fue porque desde siempre escuché música en inglés con las letras al lado para poder cantar, y porque de vez en cuando me daba por hacer cosas como la de Drácula… No, no me refiero a dormir colgada de los dinteles ni a chupar la sangre de atractivas jovencitas. Resulta que en algún momento (quizá en 6º, pero pudo ser después) nos encargaron comprar libros de lectura en inglés adaptado a nuestro nivel (básico en aquel entonces). Yo elegí dos: The Eye of the Tiger (no me acuerdo del autor) y Dracula, sin tilde porque está en inglés. Así que la primera versión que me leí de este libro, mucho antes de que la famosa película de Coppola saliera a la luz, fue una versión resumida del Drácula original, que me costó Dios y ayuda traducir, dejando todo el libro lleno de anotaciones en lápiz para aprenderme el vocabulario.
Pero lo mejor es que como ya tenía el gusanillo de convertirme en escritora y publicar libros, pues ni corta ni perezosa me puse a traducirlo entero. Sí, así, con un par de ovarios. Debió de ser por la misma época que estaba escribiendo mi primer borrador de La Operación Fantasma, así que ya tenía algo de experiencia en convertir folios en octavillas, llenarlas de escritura a boli negro, hacer agujeritos, pasar un hilo por ellos, y luego hacer el lomo con cartulina. Ese fue mi primer trabajo de traductora/editora 😎. Mucho más adelante en mi azarosa vida, me leería el libro en su versión original, aunque en español (si no recuerdo mal), y lo disfrutaría tanto como la película, que es una de mis preferidas, sin ninguna duda. Poco puedo decir de la historia en sí, ya que es bien conocida por el público. Ni que decir tiene que los vampiros y la inmortalidad me atraen como a mucha otra gente, aunque he de decir que prefiero los vampiros clásicos. Drácula es el padre de los vampiros (o el tatarabuelo), pero también está la magnífica Entrevista con el vampiro de Anne Rice, que disfruté como una enana (sobre todo en libro, en película no tanto porque siempre he odiado a Tom Cruise, que por desgracia salía en ella).
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