Parte 5. Ya solo me quedaba profundizar un poco más en los procesos cognitivos que tienen lugar en la mente de los implicados cuando hay un debate tan encendido como el de si los plátanos y sus congéneres vegetales sienten o no. Según Igorsky, solo tiene sentido que alguien presente el argumento de que las plantas sienten a una persona vegana si él mismo solo se alimenta de frutos y semillas, pero me da que esta situación es altamente improbable que se dé en la práctica. Y ahora ya sé que quitarle la piel a un plátano duele tanto como romper la cáscara de una almendra para luego comértela: nada. Mientras, seguiremos buscando ents, como otros buscan unicornios. Si alguna vez alguien encuentra un ent o un unicornio, mi plan es respetar a cualquiera de ellos, como hago con todos los seres sintientes del universo. A Henry, el especialista en primado negativo, me lo encontré en la sala de cine de la Resistencia, analizando una de mis películas favoritas, «El atlas de las nubes», y comiendo palomitas. Palomitas de maíz, porque él, como cualquier otro ser humano consciente con un mínimo de empatía, es vegano. —Perdona que te moleste, Henry. Tú no me conoces, pero soy una alumna aventajada tuya y me gustaría que me explicases el mecanismo de acción de la disonancia cognitiva. Recientemente me surgió un dilema moral y llegué a pensar que tendría que irme a vivir a una cueva o incluso morir por inanición, en base a las objeciones que pusieron algunos disidentes no veganos a mis argumentos irrefutables sobre veganismo. —¿Y eso? —Estaban convencidos de que los plátanos sienten y que matarlos es igual que matar a inocentes corderos o a caballos ancianos que ya no sirven para nada. —Ya, comprendo. ¿Les explicaste que las plantas no tienen sistema nervioso central y por tanto, desde un punto de vista científico ortodoxo, no pueden ser conscientes ni tener emociones, como sí tienen hasta los individuos menos desarrollados del Reino Animal, como los moluscos bivalvos? —Sí, pero no atendían a razones. Se empeñaban en creer que el veganismo tiene algo que ver con el sufrimiento y el bienestarismo, por ellos se comerían hasta a su propia madre, si está senil y no se entera de nada. Llegaron a afirmar que el respeto que le debemos a otros individuos depende de su grado de consciencia, así que supongo que no pondrían reparos a violar a alguien que está en coma. —Sin duda, estabas frente a un caso severo de disonancia cognitiva. Verás, ya conoces qué es el primado negativo y por qué alguien reacciona de forma agresiva, como si insultaras a su madre o a su hermana, cuando les explicas la realidad, ¿no es así? —Sí. En las películas, en las series y en la publicidad que han estado viendo desde pequeños en la tele, les han contado la verdad entre argumentos de drama o comedia, generando en ellos un sentimiento de rechazo en su memoria implícita, de manera inconsciente, de modo que, cuando en el futuro tú les expliques esa misma verdad, ellos la rechazarán de manera visceral y se enfadarán contigo. Ellos pensaban que esa información grabada en su inconsciente es ficción porque fue generada dentro de un contexto de ficción, y cuando tú les dices que es la realidad, la emoción que se genera es fruto de la disonancia cognitiva. Es lo mismo que ocurre cuando yo les digo que los animales no humanos son seres sintientes que merecen respeto y por tanto no deben explotarlos ni matarlos. Ellos tienen la creencia en su cerebro de que respetar a un animal es lo mismo que criarlo, esclavizarlo y asesinarlo para poder utilizarlo para sus fines, ya sea para convertirlos en comida, ropa; para usarlos como entretenimiento o para cualquier otro tipo de trabajo, como lazarillos o terapia para niños. Así que se sienten muy mal cuando yo les digo la verdad y me atacan porque a estas alturas no están dispuestos a cambiar sus hábitos. —Sí, más o menos… Ya veo que eres una alumna aventajada. ¿Para qué me necesitas entonces? —No acabo de entender por qué humanos que parecen tan inteligentes y despiertos para algunas cosas, presentan tal grado de incoherencia y estupidez cuando se trata de otros temas. Creo que no hace falta tener muchas luces para reconocer que un cerdo no desea morir y huiría si pudiera, a diferencia de un plátano, que ni te ve, ni te siente como una amenaza aunque tengas un cuchillo en la mano, ni siente el dolor cuando le quitas la cáscara, ni aprecia su vida porque no es consciente. Y quien dice un plátano, dice una palmera bananera o cualquier otra planta. —Claro que no son necesarias muchas luces. Eso lo puede ver cualquiera. Pero sin entrar en complejas explicaciones de psicología sobre los procesos cognitivos, la idea con la que te debes quedar es esta: no se puede estar despierto en todos los ámbitos. Una parte de su cerebro se ha dado cuenta de que la pandemia del coronavirus es la mayor farsa de todos los tiempos, pero en otra parte de su cerebro perdura el condicionamiento que han recibido toda su vida sobre el uso que hacemos de los animales no humanos, y aún creen que son objetos que están aquí para servirnos. Hay mucho primado negativo sobre veganismo en las películas y series de televisión. Te dejo aquí un vídeo: »Y, por otra parte, si ya conoces la maldad de la élite globalista, nadie de la Resistencia se creería que quieren fabricar carne sintética para salvar animales no humanos, cuando su único objetivo es esclavizar a todo el mundo, sean humanos o no, y mantenernos en un número controlable. Mira, casualmente en uno de mis últimos vídeos, donde analizo la película «Eternals», muestro cómo un reptil destruye explícitamente un cartel donde pone «vegano», prueba definitiva de que ellos no quieren que los humanos dejen de comer carne ni que dejen de sacrificar a millones de animales inocentes todos los años: eso baja nuestra vibración y ellos se alimentan del sufrimiento de esos pobres animales. Promoviendo la carne de laboratorio solo tratan en realidad de confundir a la gente y ponerlos en contra de los veganos, como hacen con todos los movimientos sociales que pueden desestabilizar su sistema socioeconómico corrupto. —Sí, la verdad es que muy triste ver a ciertos sectores de la Resistencia llorando porque el perverso Bill Gates quiere que coman insectos, o protestando porque van a cerrar granjas intensivas y no quieren quedarse sin su bistec. ¡Qué mala es la élite, que quiere hacernos veganos a todos! Como si comer proteína de insecto o carne de laboratorio fuera lo mismo que vivir en un mundo sin violencia, donde la vida de todos los individuos sintientes (incluyendo los insectos) es respetada. Algunos disidentes, tan inteligentes y «despiertos» para algunas cosas, y luego los engañan como a niños en otras... Cómo se cultivan hamburguesas.1. Se toma tejido de una vaca. 2. Se extraen células madre del tejido. 3. Se cultivan las células madre en laboratorio para que formen fibras musculares en seis semanas. 4. Veinte mil fibras musculares son coloreadas, picadas, mezcladas con grasas y se les da forma de hamburguesa. —Cierto. —Y no paran de sacar productos ultraprocesados sin nada animal en ellos pero llenos de porquerías, porque no interesa que los veganos tengan vidas largas y saludables, hay que envenenarlos como al resto de la población, con grafeno y partículas metálicas, y aditivos tóxicos varios, para que acaben muriendo también de obesidad y enfermedades cardiovasculares… Hay veganos que tampoco están despiertos en otros ámbitos. Muchos se han tragado el discurso de los que crearon la ideología de género y defienden las aberraciones del movimiento trans, y ya no hablemos de la plandemia. Los zombis veganos existen, por desgracia. —El condicionamiento abarca muchos ámbitos, y revertirlo en todas sus parcelas, es un proceso muy largo. —Sí, es muy difícil encontrar miembros de la Resistencia verdaderamente conscientes. Tú eres uno de ellos, ¿serías parte de la Élite de la Resistencia? —Ya lo soy, hermana. ¡Gracias de corazón por haber venido hasta aquí! —Gracias a ti. Es un placer verte hablando de reencarnación, y saber que recuerdas algo de tus vidas pasadas. Ojalá tuviéramos que dejar de escondernos de una vez, por miedo al qué dirán y a las burlas. —Ese tiempo acabó. Ahora hay que ir a por todas y poner todas las cartas sobre la mesa, porque el que no despierte ahora, no despertará nunca. Solo te queda tener mucha empatía hacia ellos, tener paciencia y seguir insistiendo. Llevarán su ritmo y algunos puede que sigan siendo asesinos de seres inocentes toda su vida, pero otros comprenderán y puede que algún día decidan hacerse veganos. Tú simplemente planta semillas y en el futuro acabarás recogiendo los frutos. Al salir del cine ya noté que mi frecuencia vibratoria había vuelto a la normalidad. Volví a mi hogar en las cloacas disfrutando del paseo entre las pestilentas aguas de las canalizaciones, jugando con las ratas y las serpientes acuáticas. Abrí la nevera y me alegré tanto de que no hubiera ni rastro de cadáveres animales ni de sus secreciones. Nada de lo que había allí tenía ojos, ni oídos, ni ningún otro órgano sensorial conectado a una centralita que pudiera procesar la información y enviarla en forma de recuerdos al alma que habita en todos los animales pero no en los vegetales tal y como su propio nombre indica. «La palabra latina animal se construye por derivación del sustantivo "anima". Un primer análisis semántico nos muestra que ambas palabras están relacionadas. Anima significa "alma, espíritu vital, mente, pasión", es decir, dentro de una concepción animista es aquella sustancia o propiedad que da vida o movimiento propio a las cosas y los anima, que son el ejemplo perfecto de seres animados. Claro que cuando padeces disonancia cognitiva es muy fácil olvidar estos conocimientos básicos y se impone la imagen de Mr. Potato que tienes en tu mente infantil. Por ello llegas a afirmar sin pudor que las patatas sufren horrores cuando las fríes en aceite hirviendo (tamaña crueldad) y das la impresión de ser un niño de tres años, aunque seas un adulto con estudios superiores. Todo por la disonancia cognitiva. Ahora lo comprendo todo mucho mejor... En fin. Creo que puedo concluir que mi hipótesis número dos es la que explica mejor los fenómenos observados durante mi activismo vegano. Y mi mente ha vuelto a la normalidad y ya puedo afirmar con rotundidad que las plantas no sienten, por mucho que lo deseen los no veganos. Después de resolver mis dudas y calmar mi conciencia, me vuelvo con mi grupo de disidentes no veganos. En el fondo me caen bien, y me lo paso muy bien con ellos... AGRADECIMIENTOS
Gary Francione, Luis Torres, Igor Sanz y Enrique Pérez me han inspirado no solo en mi activismo sino también para la creación de algunos de los personajes que han aparecido en esta historia. Ninguno de ellos dio su permiso para aparecer en ella, y solo los fragmentos que aparecen como cita son totalmente atribuibles a su autoría. Si alguno de ellos pasa por casualidad por aquí, que me escriba por privado y si eso ya ajustamos cuentas 😉.
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